miércoles, 31 de mayo de 2017
lunes, 29 de mayo de 2017
CATEDRAL DE PAMPLONA
- Cronología
En
la ciudad episcopal de Pamplona existía una espléndida catedral
románica, de la que quedan algunos restos escultóricos de gran
calidad en el Museo de Pamplona. A principios el siglo XIV (1317) se
decidió construir un claustro nuevo -ya de estilo gótico- adosado a
esta antigua catedral románica.
Mientras
éste se construía, en el año 1389, el templo románico se derrumbó
y fue necesario construir un nuevo edificio ya correspondiente al
gótico. La actual Catedral de Pamplona es un templo gótico que se
comenzó a construir a continuación de este derrumbe, allá por
finales del siglo XIV.
Primero
se construyeron las naves y el transepto, en pleno siglo XV, después
se terminó la cabecera y en los primeros años del XVI. Con todo, su
estructura guarda una gran unidad estilística.
La
última campaña importante es la que levantó la actual fachada
occidental que ya es neoclásica, obra de Ventura Rodríguez en el
siglo XVIII.
- Historia
La
actual Catedral de Santa María la Real de Pamplona se levanta sobre
un solar cargado de historia desde la fundación de la ciudad por
Pompeyo Magno el año 74 a.C. Las excavaciones de la década de los
90 sacaron a la luz cimentaciones de la época romana, pero no hay
seguridad sobre la existencia de templos cristianos, anteriores al
que fue demolido en el año 924 por Abd-al -Rahman 111.
Sancho
el Mayor lo levantó de nuevo entre 1004-1035. Durante el episcopado
de Pedro de Roda fue demolido, de 1083 a 1097, para dar lugar a una
Catedral románica, edificada entre 1100 y 1127 con un claustro
terminado en 1137. Hacia 1280 se dio comienzo a la obra de un
suntuoso claustro gótico que se terminó hacia 1375. Anejos a este
claustro se edificaron por entonces la capilla Barbazgna, el
refectorio y la cocina. En 1391 se derrumbó la Catedral románica
quedando en pie únicamente la fachada y la cabecera. Casi de
inmediato, en 1394, se comenzó la construcción del actual edificio
gótico, prolongándose las obras, con diverso ritmo, durante todo el
siglo XV, hasta 1501. El siglo XVIII terminó con la gran obra de
levantamiento de la fachada: se derribó la vetusta románica y se
construyó otra neoclásica, añadiendo además, por los pies, un
tramo a la Catedral, todo ello entre 1783-1803.
- Estilo artístico
La sobriedad de su fachada neoclásica, obra de Ventura Rodríguez, contrasta con la estética gótica del interior del templo, cuya nave central, de 28 metros de altura, alberga el bello sepulcro de Carlos III de Navarra y su esposa Leonor de Castilla. Pero la verdadera joya de esta Catedral es su claustro, considerado como uno de los más exquisitos del gótico universal, y de obligada visita para cualquier visitante.
Gótico: La arquitectura gótica puso especial énfasis en la ligereza estructural y la iluminación de las naves del interior de los edificios. Surgió del románico pero acabó oponiéndose a los volúmenes masivos y a la escasa iluminación interior de sus iglesias. Se desarrolló fundamentalmente en la arquitectura religiosa (monasterios e iglesias), teniendo su mayor éxito en la construcción de grandes catedrales, secular tarea en que competían las ciudades rivales. Los dos elementos estructurales básicos de la arquitectura gótica son el arco apuntado u ojival y la bóveda de crucería, cuyos empujes, más verticales que el arco de medio punto, permiten una mejor distribución de las cargas y una altura muy superior. Además, la parte principal de estas son transmitidas desde las cubiertas directamente a contrafuertes exteriores al cuerpo central del edificio mediante arbotantes. El resultado deja a la mayor parte de los muros sin función sustentante (confiada a esbeltos pilares y baquetones), quedando la mayor parte de aquéllos libres para acoger una extraordinaria superficie de vanos ocupados por amplias vidrieras y rosetones que dejan paso a la luz.
Neoclásico: La arquitectura neoclásica es un estilo arquitectónico que produjo el movimiento neoclásico que comenzó a mediados del siglo XVIII, por una reacción contra el estilo barroco de ornamentación naturalista así como por el resultado de algunos rasgos clasicistas nacidos en el barroco tardío. Se prolongó durante el siglo XIX. Se buscó dar un carácter más científico a las artes, por lo que los artistas debieron ser técnicos más que inventores, e imitadores más que creadores. Este espíritu científico llevó a considerar al arte clásico como un arte progresista, porque estaba desprovisto de adornos sin sentido y buscaba la perfección de las leyes inmutables, sin depender de las impresiones subjetivas e imperfectas del artista.
- Interior
de la catedral
Tiene
tres naves de tramos rectangulares con capillas laterales, transepto
acusado en planta y alzado, presbiterio poligonal y extraña y
pequeña girola de tramos pentagonales y hexagonales. Las bóvedas
son de crucería sencilla menos la del tramo del crucero que es de
terceletes, con buenas esculturas en las claves y la del presbiterio
que es estrellada.
Las
naves de la catedral están separados por arcos apuntados sobre
pilares con columnas adosadas.
El
interior es armónico pero algo arcaico pues evita la
desmaterialización del muro típico del gótico francés
bajomedieval. Por ello, el aspecto es algo pesado y compacto al
disponer de poco vanos ya que no existe triforio y las ventanas del
claristorio son de tamaño moderado. En el claristorio se conservan
cuatro vidrieras originales del siglo XVI de excelente colorido y
factura.
Se
han descubierto pinturas en las naves a consecuencia de una
restauración reciente.
En
el plano escultórico hay que destacar el magnífico Mausoleo de los
Reyes de Navarra (Carlos III el noble y Leonor de Trastamara)
realizado entre 1413 y 1419 en alabastro por el escultor flamenco
Johan Lome de Tournay, donde aparecen los dos monarcas con doseles
sobre un lecho sepulcral exento, cuyos frentes presentan 8 estatuas
de plorantes.
El claustro
El
principal aliciente de la Catedral de Pamplona es su magnífico
claustro, uno de los mejores de Europa del siglo XIV, siendo
especialmente interesante desde el punto de vista escultórico.
Como
ya se indicó, este claustro se inició a principios del siglo XIV
(1317), siendo anterior al actual templo gótico, cuando aún estaba
en pie la antigua catedral románica.
Tiene
cuatro pandas con arcos enmarcados con gabletes con la tracería
típica del siglo XIV con decoración geométrica de diferente
diseño, según la época de su construcción, que fue evolucionando
ligeramente con las décadas.
Además
cuenta con cuatro portadas monumentales: la Puerta de Nuestra Señora
del Amparo, que comunica el templo con el claustro; la Puerta
Preciosa, que es la puerta de comunicación con el dormitorio, del
siglo XIV; la Puerta del Refectorio y la del Arcedianato, que es la
puerta de comunicación entre el claustro y el arcedianato.
La
de la
Preciosa,
cuyo nombre deriva del salmo que los canónigos cantaban al pasar por
ella para acceder al dormitorio: «Pretiosa
in conspectu Domini, mors sanctorum eius»,
y la de Nuestra
Señora del Amparo,
cuyo tímpano destaca por el dramatismo que relejan sus personajes en
la Dormición de la Virgen y en cuyo mainel central, observamos la
imagen gótica de una sonriente virgen protegida bajo un decorativo
dosel.
- Fachada
de la catedral
Es
una composición totalmente academicista, con su
frontón tetrástilo pareado en profundidad, levemente
adelantado al resto y separado en un podium con escaleras.
Las columnas de fuste liso, descansan sobre plinto y basa
ática, con capiteles corintios, y soportan un entablamento con
su arquitrabe, un friso liso, cornisa y un
frontón de grandes dimensiones con el escudo del Cabildo de la
ciudad como único adorno.
Sobre
este cuerpo se levanta un segundo retranqueado, sustituyendo las
columnas por pilares adosados al muro, incluyendo en su centro
el rosetón y rematado todo ello por un nuevo frontón de
las mismas dimensiones que el inferior, sin decoración, y coronado
por una cruz y dos ángeles a ambos lados en posición oratoria y
dos flameros.
Los
cuerpos laterales sirven como unión entre el frontón y las torres.
Lo hacen de forma sencilla, con formas cuadrangulares, en los que lo
más destacable son dos barandillas pétreas.
Las
torres están divididas en tres cuerpos. El inferior con paramentos
desnudos y dos grandes ventanas, una de ellas con frontón sobre
ménsulas. Rematado el conjunto con un entablamento de
cornisa volada, pasa a un segundo cuerpo igualmente desnudo con un
entablamento en su base y un reloj de sol en la torre norte
y uno mecánico en la sur como únicos adornos, que encajan con las
dimensiones del rosetón central. El tercer cuerpo, el de campanas,
tiene un desarrollo ochavado. Con flameros en las esquinas y columnas
compuestas enmarcando los vanos, que están rematados con arcos de
medio punto, siendo los de los ángulos de menor tamaño. Sobre ello
un volumen cilíndrico rodeado por ocho flameros y encima un remate
en forma de campana.
Este
diseño se enmarca dentro de la última etapa de este arquitecto que
había ido abandonando paulatinamente el gusto por lo recargado tan
propio del barroco. Él mismo destaca que la fachada tiene los
elementos justos y necesarios para ser hermosa y destaca también la
proporción de sus partes y del conjunto.
viernes, 26 de mayo de 2017
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